Cincuenta sombras de Grey es un libro erótico y que toca el tema BDSM, una relación basado en el rol amo-sumisa, pero contada más como un juego sexual que como tal. He leído libros de este género mucho más fuerte y que tocan el tema a niveles más bestia y más reales. Este libro contiene escenas muy explícitas en las escenas de sexo, pero contadas de una forma muy elegante y bien descritas, siempre en el contexto de la historia. Esta claro que quien no haya leído nunca un libro así y empiece con este, pues puede ocurrir dos cosas, o que no le guste o que le guste. En efecto, después de leer la novela sí puedo afirmar que haya podido surgir en un primer momento como un fan fic de la conocida saga vampírica. ¿Por qué? Porque tiene los mismos defectos que se reducen, básicamente, a tres puntos.
En primer lugar, su protagonista. Hacía tiempo que no me enfrentaba a una protagonista con menos sangre en las venas que una piedra. Me gusta que un personaje sea ingenuo, más inocente, pero el caso de esta chica llega a límites insospechados que no me han gustado nada: su baja autoestima, sus tics faciales-porque fruncir el ceño o los labios tantas veces solo se puede llamar tic-. La evolución que sufre el personaje del libro, por otra parte, no me ha gustado: de mojigata a diosa del sexo, en poco más de 100 páginas. No me resulta muy creíble ese aspecto, al menos no en un lapsus de tiempo tan corto. Si la autora no hubiera querido reflejar esa personalidad tan inocente, y le hubiera dado un poco más de vidilla sexual al personaje antes de conocer a Christian, probablemente me hubiera gustado un poco más. También es cierto que la protagonista me ha gustado en algunas partes, sobre todo hacia el final de la novela, por sacar un poco de carácter para con Christian pero no sé si es suficiente a un nivel más global. En segundo lugar, la historia me ha parecido un tanto repetitiva: me ha gustado, sí, pero me daba la sensación a veces de estar leyendo siempre las mismas partes.
Ya no solo por el tema del sexo, sino también por las reacciones y las divagaciones de la protagonista que parecían ser siempre las mismas. Y, por último, la narración: me da la sensación de que la autora debe pulir un poco más su estilo, ultimar algunos detalles. Si hay algo que hace brillar a la novela, tanto a la trama como a Anastasia, es Christian Grey. Christian es, precisamente, casi lo único que me ha gustado de la novela.
Las mejores partes del libro suceden en su presencia; ha sido capaz de hacerme reír, al igual que algunas ocurrencias de la diosa interior y la propia Ana, pero también cabrearme; pero, en definitiva, ha sabido conquistarme desde la primera página a la última. Quiero conocer más a este personaje, saber sus secretos y ver hasta el último pedazo de su alma y las sombras que la cubren. Si alguien está preocupad@ por el tema del sexo en la novela, que si es muy fuerte o no... El tema del BDSM aparece, sí, pero de una manera tan light que no molestará a nadie en absoluto. No creáis, por mi reseña, que tiene un tono un tanto negativo, que la novela no me ha gustado porque no es así: la he disfrutado, me ha parecido entretenida, pero no me ha parecido el gran boom que me vendían. A pesar de todo, pienso leer su continuación lo antes posible para ver como sigue la cosa. En definitiva, 50 sombras de Grey no ha resultado ser la gran revelación que me esperaba.
Es una novela entretenida, ligera, pero ni por asomo la novela inolvidable que nos prometían. Estoy deseando saber algo más de Christian Grey, así que sí, pienso leer su continuación para ver qué sucede porque el final me ha dejado con la suficiente curiosidad como para querer hacerlo.
