Hay un punto en tu vida, en el que te das cuenta: quién importa, quién nunca importó, quién no importa más, y quién siempre importará. De modo que no te preocupes por la gente de tu pasado , hay una razón por la que no estarán en tu futuro.


viernes, 16 de diciembre de 2011

Una Amelie con Sobrepeso

Precious

La felicidad, como todo el mundo sabe, es ecuménica, está al alcance de todos. Está al alcance, incluso, de una negra analfabeta sumida en la marginalidad de Harlem, que padece obesidad mórbida, que fue violada repetitivamente por su padre, que tiene un hijo adolescente con síndrome de Down y cuya madre la maltrata física y psicológicamente.

Es ‘Precious’ una película que abarca demasiados aspectos, quizás por ello podría calificarse de azote a la sociedad, y también de retrato crítico del funcionamiento de un sistema, el estadounidense, que igual que genera esperanza y fe en uno mismo, también te presenta ingredientes para alimentar la degradación, el dolor y el desprecio.

Nos podemos encontrar racismo, frustración, homofobia, abusos sexuales, incesto, inmigración, enfermedades sexuales, homosexualidad, religión, educación y un sin fin de dianas en la que Lee Daniels dispara sin piedad. Son quizás demasiados elementos, demasiados temas los que expone sobre la mesa y por ello, ahonda con especial virulencia en el dolor. Para llevar a cabo un retrato de rechazo, que es quizás el principal sentimiento que está presente de principio a fin, no era necesario abordar la sinuosa y tortuosa vida de la protagonista con tantos matices insertados con el único fin de dejarnos un sentimiento de desolación.

Con todo, ‘Precious’, a pesar de su incisivo abuso en el dolor en busca de lágrimas abundantes, consigue un retrato valiente, poderoso, bien narrado y aún mejor interpretado, convirtiéndose en un film que a pesar del mal rollo que genera, deja una sensación satisfactoria. Su desgarradora historia, a pesar de su exploración de microuniverso sórdido y aterrador, resulta verídico, convincente y emocionante.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Viaje al fin del mundo

En la antigüedad, cuando se daba por sentada la horizontalidad de la Tierra, los romanos suponían que allí, donde terminaba la última superficie sólida, emergían los mundos infernales. Hasta la Edad Media, el universo cristiano, en tanto, creyó que el Finis Terrae podía ser el comienzo del Cielo. Actualmente, siglos después de romanos y cristianos primeros, cuando ya se conocen las tierras más allá del Atlántico, el Faro de Punta Candieira, ubicado en las costas de Galicia, más concretamente en el concello de Cedeira, en España, sigue siendo un lugar en el que conviven lo humano, lo pagano y lo divino.



Sus tormentas hacen que el mundo se vuelva noche mientras truenan sus nubes, se recitan oraciones, se recuerdan leyendas y las brujas danzan al compás del sonido de la lluvia.
Son costas, donde se concentran la mayor cantidad de naufragios de las aguas gallegas. Se trata de historias mínimas de 4 ó 5 pescadores que apenas saben despedirse porque navegan con la esperanza de regresar. Y que el único abrazo que reciben antes de morir es el del agua fría que los esconde para siempre en la inmensidad del océano. La tragedia, entonces, no es sólo la muerte, sino la certeza del cuerpo ausente por el resto de los días.

A los pies de la ladera del Faro de Punta Candieira es posible contemplar una agreste y bellísima zona de costa. Sus atardeceres allí son tan impresionantes que son la razón por la que algunas de las que hemos visitado el lugar las consideramos sagradas.



El pueblo al que pertenece tan espectacular lugar es una villa típicamente marinera, formada en torno a la actividad pesquera. Sus estrechas callejuelas están completas de casas típicas. Allí se unen muchos de los elementos que definen hoy al territorio gallego que mira hacia el mar. Las aguas embravecidas; el espíritu de los que han perdido su vida en el mar; las mujeres en puerto esperando mientras tejen redes; los más altos acantilados de Europa bajo el sol; resguardadas playas casi vírgenes; senderos inexplorados; el bullicio de los jóvenes y los turistas; y una gastronomía excepcional, que permite degustar toda clase de mariscos y pescados recién llegados a puerto, elaborados siguiendo las más antiguas tradiciones culinarias.







No me gustaría terminar este Post sin reseñar un Cortometraje dedicado a todos los que arriesgan su vida en el mar y que se rodó íntegramente en Cedeira. Además reseñar su nominación a los premios goya como mejor cortometraje. Va por todos ellos..!!!!



jueves, 1 de diciembre de 2011

Sobrevivir al VIH

A día de hoy 7400 personas contraerán el VIH en distintos lugares del mundo. Entre ellos, 2300 serán jóvenes entre 15 y 24 años y 2100 serán menores de 15. Hoy, como cada día del año, cada 13 segundos, una nueva persona va a infectarse con el VIH y cada 15, una persona va a morir a causa del sida.

Pero hoy también es un día especial: En todas las televisiones del mundo, en cada emisión de radio, en cada periódico vas a escuchar hablar sobre VIH/sida. Entonces hoy podría ser un buen día para que las cosas cambien.

Hoy podemos empezar a usar preservativo SIEMPRE en nuestras relaciones sexuales. Hoy las mujeres embarazadas pueden pedirle a su obstetra el análisis de VIH para, en caso de ser positivo, evitar la transmisión a su bebé. Hoy podemos decidir hacernos la prueba de VIH para, en caso de dar positivo, acceder a controles y tratamientos que en nuestro país son gratuitos.

Hoy podemos recordarles a los médicos que pueden tomar la iniciativa y ofrecer a sus pacientes que se testeen y ayudar así a obtener un diagnóstico temprano y ofrecer un tratamiento oportuno.

Hoy podemos recordar a las millones de personas que ya no están por causa de esta epidemia. Hoy, que contamos con tratamientos efectivos, podemos reclamar que tengan acceso todos los que lo necesitan. Es también un día para escuchar las voces de las personas que viven con VIH, a quienes debemos entender como parte de la solución y no como parte del problema.

Hoy también podemos empezar a confrontar el estigma y la discriminación que rodean al VIH. Hoy es un día para desafiar la ignorancia y la negación que los causan. Es un día para el coraje político y eso significa luchar contra la desigualdad de género, la homofobia y la pobreza que continúan conduciendo esta epidemia.

Así es que, tal vez un día como hoy no tengamos que hablar más de VIH/sida. Tal vez un día como hoy no exista más un Día Mundial del Sida. Tal vez un día como hoy sea mejor que cualquier otro día.