Tradicionalmente la ceremonia de inauguración de las olimpíadas es un momento de celebración del deporte internacional, de la unidad del ser humano como tal sin prestar atención a las diferencias raciales o culturales. El mensaje de las olimpíadas excede el mero deporte y nos habla de unidad, respeto y tolerancia.
La ceremonia de apertura de los juego olímpicos, es uno de los momentos que más expectación genera en unas Olimpiadas y uno de los secretos mejor guardados.
Pues bien desvelado parte del espectáculo, no puedo decir otra cosa que INCREIBLE, aunque no esperaba menos del director de cine Danny Boyle.
Aun no siendo británica, me siento como si lo fuera, será porque he recordado la ceremonia que tanto me emociono en Barcelona 92, y de la que guardo grandes recuerdos deportivos, sobre todo porque pude disfrutar del deporte al que he estado ligada muchos años, el Voley, y donde el papel del equipo masculino, encabezándolo por Rafita Pascual, consiguió su mejor clasificación de la historia, hasta ese momento... Grandes!!.
Pero volviendo a la ceremonia, lo que hoy se ha representado de una manera sublime ha sido el clásico de Shakespeare “La Tempestad”. Basados en esta obra la ceremonia se ha titulado “Islas de Maravillas”. Cada ceremonia tiene una inspiración diferente y relacionada con la cultura local. Como curiosidad, la ceremonia comenzará con una filarmónica de campanas, la más grande del mundo (con una campana de 23 toneladas).
Tampoco puedo olvidarme de la ambientación musical, empezando por Mike Oldfield y su Tubular Bells, y seguido por una ristra de Hits londinenses, que erizan el bello a cualquiera que los escuche.
En fin, que me ha encantado y la he disfrutado, pero volviendo a Barcelona 92, no puedo olvidarme de la representación que no pudo ser, pero que recordaré toda mi vida. Ya sabréis a que me estoy refiriendo verdad??, ese Freddie y esa Montserrat. Esto si fue grande...!!! VIVA BARCELONA..!!
