Pero hoy también es un día especial: En todas las televisiones del mundo, en cada emisión de radio, en cada periódico vas a escuchar hablar sobre VIH/sida. Entonces hoy podría ser un buen día para que las cosas cambien.
Hoy podemos empezar a usar preservativo SIEMPRE en nuestras relaciones sexuales. Hoy las mujeres embarazadas pueden pedirle a su obstetra el análisis de VIH para, en caso de ser positivo, evitar la transmisión a su bebé. Hoy podemos decidir hacernos la prueba de VIH para, en caso de dar positivo, acceder a controles y tratamientos que en nuestro país son gratuitos.
Hoy podemos recordarles a los médicos que pueden tomar la iniciativa y ofrecer a sus pacientes que se testeen y ayudar así a obtener un diagnóstico temprano y ofrecer un tratamiento oportuno.
Hoy podemos recordar a las millones de personas que ya no están por causa de esta epidemia. Hoy, que contamos con tratamientos efectivos, podemos reclamar que tengan acceso todos los que lo necesitan. Es también un día para escuchar las voces de las personas que viven con VIH, a quienes debemos entender como parte de la solución y no como parte del problema.
Hoy también podemos empezar a confrontar el estigma y la discriminación que rodean al VIH. Hoy es un día para desafiar la ignorancia y la negación que los causan. Es un día para el coraje político y eso significa luchar contra la desigualdad de género, la homofobia y la pobreza que continúan conduciendo esta epidemia.
Así es que, tal vez un día como hoy no tengamos que hablar más de VIH/sida. Tal vez un día como hoy no exista más un Día Mundial del Sida. Tal vez un día como hoy sea mejor que cualquier otro día.